He creído oportuno empezar este análisis del universo Doctor Who (o «Whoniverso») con una introducción. Un post que básicamente responda a «¿Por qué hablar de Doctor Who y paleontología?». Pues vamos allá.
Doctor Who es una serie británica de Ciencia Ficción producida por la BBC que empezó sus andanzas en 1963. Por aquel entonces el Doctor lo interpretaba William Hartnell, que viajaba en el tiempo y espacio con su nieta Susan. Estos viajes puede realizarlos gracias a su nave, la TARDIS (Time and Relative Dimension in Space). Esta nave ex capaz de transportar a sus ocupantes a cualquier punto del tiempo y el espacio, y al llegar, gracias a su «circuito camaleón» se camufla perfectamente con su entorno. Lamentablemente, en 1963 este circuito quedó estropeado, bloqueándose su aspecto en el de una cabina de policía de esas fechas. Esta forma de cabina azul será la forma permanente que la TARDIS tendrá externamente, si bien por dentro es mucho más grande. Como podréis imaginaros, los viajes en el espacio y el tiempo han permitido que en la serie madre y en sus derivadas (Torchwood y Las Aventuras de Sarah Jane) aparezcan multitud de referencias a seres extintos. Y es que un Señor del Tiempo con una TARDIS podría viajar al Maastrichtiense de Canadá si quiere, y volver a la actualidad para tomar el té a las 5. Bueno, casi siempre.
Si, acabo de llamar al Doctor un «Señor del Tiempo«. Los Señores del Tiempo (en inglés TimeLords) son la raza alienígena a la que pertenece nuestro protagonista. Puede que su aspecto sea humano, pero se diferencian en unas cuantas cosas, como en poseer dos corazones o en su habilidad para regenerarse. Cuando un Señor del Tiempo es herido de gravedad, su cuerpo se regenera y sana, pero con la consecuencia de cambiar de aspecto y personalidad. Conserva sus recuerdos, pero el resultado es una persona completamente nueva. Este as en la manga ha permitido que Doctor Who permanezca emitiendose desde 1963, cambiando de vez en cuando de actor. Los Señores del Tiempo, como su nombre indica, son una especie de «guardianes del tiempo», son capaces de ver los puntos fijos en la historia, y velar por que nada altere su correcto devenir. Y claro, pudiendo viajar en semejantes naves, es totalmente posible.
Y es aquí donde radica el «por qué». Como podéis leer en este post de Glacial Till, los paleontólogos, geólogos y astrónomos tienen una pizca de Señores del Tiempo en su trabajo, y es la capacidad de viajar al pasado. Porque del mismo modo que echando un vistazo al cielo un astrónomo está viendo las estrellas hace miles o millones de años, nosotros no vemos una simple pieda cuando tenemos delante un trozo de arenisca: vemos un puñado de arena de una playa jurásica. La paleontología y la geología permiten viajar a lugares remotos a aquel aventurero que ose escudriñar en los archivos de la Tierra. Y una vez que te expones mucho a este vórtice del tiempo no hay vuelta atrás. Te cambia el modo de ver el mundo. Ya no ves rallas en las montañas, ves estratos depositados a lo largo de millones de años. Ya no ves un monton de huesos, ves el ser vivo que hubo. Ya no ves larga la vida humana, sino un simple parpadeo. O mejor dejémonos de parpadeos, por si acaso.
Así que, si bien no podemos viajar en el tiempo y el espacio de manera ilimitada como el Doctor, si podemos hacerlo en la Tierra y hacia el pasado. Y precisamente de los puntos espaciotemporales donde se crucen nuestras trayectorias con las del Doctor vamos a hablar: de cada criatura prehistórica, cada fósil, cada referencia a nuestro campo. ¿Nos acompañáis?

También te puede gustar:

5 comentarios

  1. hey, yo viajo en el tiempo, he viajado a cada lugar del pasado, pero no al futuro (aunque en una ocasión lo hice pero después no pude), tal vez haz oido hablar de el explorador del tiempo, ese soy yo, hemos conversado en «terra nova en español», si no has oido de mi, visita mi blog:

    elexploradordeltiempo.blogspot.com/

    si te gusta hazte seguidor, si no ya veremos luego, ah si tienes una pregunta de la prehistoria, pregúntame

  2. Desde luego, a veces me doy cuenta lo difícil hablarle a la gente en millones y miles de millones de años, porque al igual que hablamos de los millones de euros en cifras macroeconomicas, el dinero parece una cosa mucho más de andar por casa que los años.

    Sin embargo nosotros muchas veces nos dedicamos a hablar de millones de años y tasas de sedimentación de milímetros cada mil años, y esos conceptos que para nosotros están muy arraigados (parece que algunas personas tengamos un chip del tiempo profundo), para el resto del mundo parecen muchas veces cifras exageradas y extravagantes.

    ¡Ay si pudiera viajar en el tiempo!

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *