Hoy mismo se ha publicado un nuevo dinosaurio de Teruel y se ha presentado en sociedad en la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis. El dinosaurio recibe el nombre de Europelta carbonensis, y es un anquilosaurio, un herbívoro acorazado del Cretácico. Pero no corramos tanto, ¡Vamos por partes!
¿Qué es un anquilosaurio?
Los dinosaurios se dividen en dos grandes grupos. Unos tienen la cadera con el pubis apuntando hacia adelante y reciben el nombre de «Saurisquios», otros lo tienen hacia atrás y reciben el nombre de «Ornitísquios». Los Saurísquios incluyen a los grandes herbívoros de cuello largo, los Saurópodos, así como a los carnívoros o Terópodos. Dentro de los Ornitísquios, que son los que nos ocupan, encontramos formas herbívoras únicamente. Los ornitísquios se subdividen en otros subgrupos como los Marginocéfalos (aquellos con las cabezas acorazadas o reforzadas), los ornitópodos (herbívoros como Iguanodon o los hadrosaurios con «pico de pato») y los tireóforos (dinosaurios acorazados).
Dentro de los Tireóforos encontramos dos clases de dinosaurios acorazados. Por un lado tenemos los estegosaurios, mayoritariamente jurásicos, cuya espalda estaba recorrida por dos hileras de placas y púas. Y por otro lado, los anquilosaurios, cuya superficie dorsal, desde la misma cabeza hasta la punta de la cola estaba recubierta por placas óseas macizas que los protegían como si llevaran armadura. Este grupo se divide en dos grandes familias, los nodosáuridos y los anquilosáuridos.

Europelta en su ambiente. Andrey Atuchin/FCPTD

¿Qué clase de «anquilo» es Europelta?
Europelta es un nodosáurido. Los nodosáuridos (Nodosauridae) fueron dinosaurios de tamaño mediano, cuadrúpedos y fitófagos. Sus dientes tenían forma de hoja y sus costillas, ampliamente arqueadas, proporcionaban una gran amplitud a un cuerpo cubierto de placas dérmicas (osteodermos y osículos). Sus patas eran robustas y, a diferencia de los anquilosáuridos (Ankylosauridae), los nodosáuridos no tenían tendones osificados en la cola ni tampoco una maza en su extremo.
Comparte con otros nodosáuidos europeos (como Hungarosaurus y Struthiosaurus) y sólo con ellos, una pelvis arqueada con el hueso pélvico inferior dirigido hacia debajo de modo rectilíneo, a diferencia de todos los nodosaúridos norteamericanos (como Sauropelta o Edmontonia), que lo tienen recurvado. El hallazgo de Ariño convierte ahora a este dinosaurio en el mejor conocido de los dinosaurios acorazados de toda Europa, debido al abundante material recuperado, incluyendo un cráneo casi completo.
¿Dónde se ha encontrado? ¿Y cuándo vivió?
Los dos esqueletos parciales de este nuevo anquilosaurio proceden de la mina de lignito Santa María de Ariño (Teruel) del Grupo SAMCA; concretamente, del yacimiento llamado AR-1 que se sitúa en sedimentos de la Formación Escucha (Albiense, Cretácico Inferior, con una edad comprendida entre 113 y 110 millones de años de antigüedad).
El nuevo hallazgo complementa los resultados obtenidos durante los últimos tres años de intensos trabajos de excavación y preparación paleontológica que, junto a un laborioso estudio científico, servirán para reconstruir con mayor precisión el ecosistema de la zona, hace entre 113 y 100 millones de años durante el Albiense (un piso del Cretácico Inferior del que aun se desconocen muchísimas cosas, sobre todo en la Península Ibérica).
El nuevo dinosaurio nodosáurido se suma a la presencia del iguanodontio que el mismo equipo definió a finales de 2012 –Proa valdearinnoensis– y de dinosaurios terópodos (carnívoros). También se ha recuperado abundante material de cocodrilos que permitió determinar las nuevas especies Hulkepholis plotos y Anteophthalmosuchus escuchae. Además, se han encontrado fósiles de tortugas, peces -tanto óseos como cartilaginosos- y diversos tipos de plantas y de invertebrados (ámbar, polen, oogonios de carófitas, ostrácodos, bivalvos, gasterópodos, etc.). Los coprolitos (excrementos fósiles) de dinosaurios son muy numerosos en ciertas áreas del yacimiento y contienen en su interior evidencias de la dieta de los animales que los produjeron.
La Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis lidera un proyecto de cooperación entre actividad minera e investigación paleontológica aplicada que ha dado como resultado el descubrimiento en la localidad de Ariño de un espectacular yacimiento con más de 100 concentraciones de vertebrados mesozoicos en una superficie que supera las 25 hectáreas y que han proporcionado más de 6.000 huesos fósiles. Los trabajos paleontológicos se llevan a cabo en la mina de lignito a cielo abierto Santa María desde el año 2010 gracias a la colaboración del Grupo SAMCA.
El nuevo dinosaurio vivía en un ambiente costero subtropical pantanoso cercano a la costa del antiguo Mar de Tethys (el mar precursor del actual Mar Mediterráneo). A partir de la concentración de materia orgánica en este ambiente pantanoso se generaron los lignitos que hoy día se explotan industrialmente.

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