Esta postura, solo reservada para iniciados, se pone en práctica en aquellos yacimientos con niveles escalonados o a diferentes alturas, como Venta del Moro o Batallones, por ejemplo.
La necesidad de emular al arácnido superhéroe nace de la cooperación de dos personas en la extracción de una pieza, o bien de la extracción, por parte de una sola persona, de un elemento de difícil acceso.
El excavador se situa tumbado boca abajo arriba del escalón, agarrándose con uñas y dientes al estrato, jugándose la vida (bueno, quizás exagero) mientras descuelga su cabeza y brazos para acceder a la preciosa pieza que ha de rescatar de su lecho de piedra…
Entre las secuelas aparecen dolores en los brazos y cuello, por el mantenimiento de la postura, así como dolor generalizado en todas aquellas partes en contacto con la roca…
…si es que no puede ser…

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