Muchas son las criaturas míticas que han surgido a lo largo de la historia de nuestra civilización. Pero sin duda, las criaturas mitológicas que más han despertado nuestro interés son los dragones. Ya sean benevolentes o no, su figura juega un importante papel de ser poderoso, ya sea un benevolente guardián o un tirano salvaje.
En las culturas occidentales y de oriente próximo, que son las que nos ocupan, los dragones siempre han representado el mal. Recordemos que la propia diosa destructora Tiamat tenía forma de dragón, e incluso el propio Beowulf vio el fín de sus días en la batalla a muerte contra un dragón. En la Europa Medieval, las leyendas de dragones florecieron.Y precisamente el relato más característico es el de San Jorge y el dragón.
Se cree que la leyenda de Jorge de Capadocia se originó en el siglo IV. Jorge habría nacido en una familia cristiana de finales del siglo III. Geroncio, su padre, originario de Capadocia, servía como oficial en el ejército romano y él, al parecer siguió los pasos de su padre. Subió pronto de grado, y antes de los 30 ya era miembro de la guardia personal del emperador romano Diocleciano. Cuando Diocleciano emitió un edicto autorizando la persecución de los cristianos, Jorge recibió órdenes de participar en la persecución, pero se negó. Y con su decisión, llegó su final de martir. Hasta ahi todo normal, no? Pero no, hay mucho más: a partir del siglo IX se popularizó un relato acerca de su juventud. En ella, aparece la mítica imagen de San Jorge a caballo como vencedor de un dragón.
La historia comienza (después del «Érase una vez») con un dragón que decide anidar justo en la fuente que provee de agua a una ciudad. Tras el susto, el descubrimiento, y unos cuantos ciudadanos perdidos, los aldeanos decidieron aplacar al dragón para poder ir a por agua. Así que ofrecían diariamente un sacrificio humano que se decidía al azar entre los habitantes (y digo yo, ¿no podían llevarle ovejas o cabras?). Un día resultó seleccionada la princesa local (la chica de la película). Cuando estaba a punto de ser devorada por el dragón, apareció Jorge en su caballo blanco (o no, depende de las variaciones de la leyenda), se enfrentó al dragón, lo mató y salvó a la princesa. He ahi el final feliz.
¿Dé dónde surge la leyenda? La humanidad ha tenido desde sus orígenes, y sin darse apenas cuenta, contacto con restos de grandes vertebrados del pasado. Para un hombre de la antigüedad, toparse con los restos de un gran dinosaurio tuvo que ser todo un reto para su mente. Muy probablemente, muchos de los relatos de dragones, ya sean en oriente u occidente, se basen en el hallazgo de restos de estas criaturas. ¿Cómo si no se llegaron a idear criaturas tan semejantes a dinosaurios en puntos tan distantes del globo?
Y, cerrando el círculo, fósiles tan emblemáticos como los Iguanodon de Bernissart, tras ser extraídos, fueron trasladados a las dependencias del Museo Real de Historia Natural de Bélgica, en el palacio gótico Nassau. Y la sala escogida fue la capilla de San Jorge. El paleontólogo norteamericano E.H. Colbert, en su libro Men and Dinosaurs hace una reflexión irónica y paradógica, que cita J.L. Sanz en su libro Cazadores de Dragones: los huesos de dragones reales fueron preparados y montados en la capilla del matadragones más famoso de la antigüedad. Curioso, ¿no?
Buen relato
amigo paco!
(sin haberla preparado me ha salido un pareado XD)