¿Qué hace este paleofriki escribiendo sobre cómics? Pues es que hoy hace exactamente 75 años que apareció impreso en cómic el superhéroes definitivo, el hombre del mañana, el hombre de acero y último hijo de Krypton: Superman.
Portada del Action Comics #1 de 1938
Creado por Jerry Siegel y Joe Shuster en 1932, su primera viñeta apareció en Action Comics 1 el 18 de abril de 1938. Con el éxito de sus aventuras, Superman ayudó a crear el género de los superhéroes y estableció su primacía dentro del cómic estadounidense. Desde entonces, DC Comics/Warner Bros. expandieron el reparto de personajes secundarios, poderes y símbolos de Superman a través de los años. Se crearon otros supervivientes de Krypton, incluyendo a Supergirl (su prima Kara) y Krypto, el Superperro. Además, Superman fue adaptado a una gran variedad de medios, desde la radio a la televisión y el cine. A las nuevas generaciones, de hecho, probablemente nos llegó a todos mediante el cine y la televisión.

Superman nació con el nombre de Kal-El en el planeta Krypton, un planeta rocoso de gran masa que orbita una enana roja llamada Rao. De hecho, ahora «sabemos» que Rao es la estrella LHS 2520 de la constelación de Corvus (el Cuervo). Su padre, el científico (¡bien!) Jor-El, y su madre Lara Lor-Van (médico según el nuDC), ante la inminente destrucción de su planeta, lo enviaron en una nave espacial con destino a la Tierra cuando era un bebé para así salvarlo. Fue descubierto y adoptado por Jonathan Kent y Martha Kent, una pareja de granjeros de Smallville, Kansas, que lo criaron con el nombre de Clark Kent y le inculcaron un estricto código moral. El joven Kent comenzó a mostrar habilidades superhumanas desde bien pequeño (aunque la mayor parte de poderes los desarrollo durante su adolescencia). Esto de debe a que, pese a ser externamente igual que un humano, no deja de ser un alienígena, y su especie, los kryptonianos, en planetas con menor gravedad y orbitando un Sol amarillos como el nuestro, exhiben una serie de habilidades superhumanas que no tendrían en su Krypton natal. Son estas habilidades las que decide usar para ayudar a la humanidad al convertirse en Superman. Bajo la identidad de Clark Kent, Superman vive en medio de los humanos como un reportero del Daily Planet de Metrópolis (aunque la actual versión en el nuDC está variando esta historia y parece haber dejado el periódico para convertirse en un bloguero freelance). Es en el Daily Planet donde conoce a Lois Lane, la que será su media patata, aunque ella estará deeply, deeply in love con Superman y de Clark pasará bastante hasta que descubra que son la misma persona…

Arriba: Jor-El (Russell Crowe) sujeta en brazos a Kal-El
antes de mandarlo a la Tierra. Debajo: LoisLane (Amy
Adams) le pone ojitos a Superman.
Ahora bien, analicemos esto: Superman y los kryptonianos en general son idénticos a los humanos en aspecto. ¡Y hasta en Krypton parece que tenían perros! ¡Perros idénticos a los de la Tierra! ¿Es esto posible?
¡Ay el perrete, perrete bonico!
En la Tierra, un planeta rocoso de masa mucho menor que Krypton, hace 3500 millones de años aparecieron las primeras señales de vida. Más tarde, de hace 560 millones de años, provienen los primeros macrorrestos fósiles, correspondientes a la llamada «Fauna» de Ediácara, unos seres vivos de lo más rarunos que pueden ser ancestros de los animales o ser formas fallidas que no llegaron a nada. Con el Cámbrico aparecieron las partes esqueléticas mineralizadas (los caparazones, vaya), y la vida sufrió una explosión adaptativa inimaginable. Ya desde este principio encontramos artrópodos, cordados (el grupo al que pertenecemos los vertebrados), moluscos (los que moluscomemos), cnidarios (medusas y pólipos), poríferos (Bobesponjas), equinodermos (Patricios)… junto a grupos extintos que no siguieron adelante.
Durante todo el Paleozoico la vida generó todos los patrones generales que conocemos, y la vida siguió evolucionando, pero de vez en cuando también desapareciendo. Podría decirse que desde el principio, el «arbol de la Vida» iba generando nuevas ramas a la vez que se podaban otras. Y en algunas ocasiones la poda era gigantesca, y dejaba el arbol pelao. Lo que consideramos una extinción en masa, hoygan. De hecho, hace 251 millones de años tuvo lugar un evento catastrófico para la vida sobre la Tierra. El 90% de las especies (un porcentaje que varia segun los investigadores) desapareció. O lo que es lo mismo, la vida sigue aquí de milagro.

Tras la extinción, los «nichos» (cuando hablamos de nichos en ecología, es como para referirse a un «papel» o «empleo» dentro de un ecosistema, no tiene nada que ver con los huecos donde enterrar a gente) vacíos fueron ocupados, y el planeta pasó a las manos de los reptiles. A comienzos del Mesozoico, en el periodo Triásico, ya aparecen los dinosaurios y los mamíferos. Y durante 160 millones de años, los grandes (y no tan grandes) reptiles dominaron los ecosistemas terrestres. Los mamíferos, pese a aparecer a la vez, se mantuvieron minoritarios, aunque ahora sabemos que a finales del Cretácico ya tenian una gran diversidad. Con el fin del Cretácico les llegó el fin a los dinosaurios no avianos, mientras que los avianos siguieron adelante. Esta extinción es la más famosa de todas ellas, ya sea por el impacto meteorítico pepinazil o porque permitió que los mamíferos heredaran la tierra y pasasen a ser mainstream. Antes molabamos más…

¡Nooooooooooooooooooooooo!
Durante los últimos 65 millones de años, los dinosaurios avianos han llegado a más de 9000 especies, y los mamíferos a la mitad. Durante el Cenozoico (tradicionalmente llamado «Terciario») se pasearon animales dignos de nuestra admiración como son los mastodontes o los dientes de sable. Hace cuatro dias, apenas hace unos 500.000 años, nuestra especie asomó la cabeza en este mundo. Y nuestra especie es la que es por toda la historia previa. De no repetirse cada uno de los pasos de diversificación, extinción y adaptación, ninguna especie sería la que es. Esto hace que sea astronómicamente improbable que evolucionen alienígenas en otros planetas que tengan, por ejemplo, un ojo como el nuestro, o pestañas, u ombligo, o pelo, o perros como mascota. Ya no sólo es improbable que los habitantes de Krypton fuesen externamente como nosotros, sino que es igualmente improbable que los marcianos sean humanoides verdes (lo siento, Martian Manhunter) o que la mayoría de Green Lanterns tengan forma igualmente humanoide. Pero ¿y lo que nos gustan?
¡Gracias, señor SuperComunista!
Curiosamente, de vez en cuando en los comics se llega, voluntariamente o no, a explicaciones para estas cosas. Y en el caso de Superman, hay un «Elseworlds» (Otros mundos) en el que el aspecto humano de los kryptonianos está justificado. «Otros Mundos» es el sello de publicación de DC Comics para historias que tienen lugar fuera de la continuidad general del Universo DC. Por ello, en estos títulos hay total libertad para reinterpretar a un personaje. En uno de ellos, «Superman: Red Son» (Superman: Hijo Rojo») la nave de Kal-El no cae en Kansas, sino en la Unión Soviética, y Superman se convierte en un superhéroe comunista. Al margen de que es una historia que merece ser leída, SPOILER ALERT, en el epílogo se revela que tras millones de años, el Sol estaba llegando a un estado de gigante roja a punto de engullir a la Tierra. Pero antes de que ocurriera, un científico y su esposa mandan a su hijo en una nave que no es otra cosa que una máquina del tiempo, para que sobreviva en el pasado. Y dado que su fisiología ha cambiado expuesto al nuevo Sol, será un Dios entre los hombres…
¡Jorl! ¿En esta nave vine de pequeño?
Así, en Red Son se llega a una explicación al porqué del aspecto humano de Superman. Sin embargo, como ya he comentado antes, se trata de una versión de «Otros mundos», una «realidad paralela», sin conexión con el hilo argumental general.

Al margen de esta característica, yo mismo me reconozco como un gran fan del personaje. No en vano me tatué la S (perdón, el símbolo de la casa de El, que significa esperanza) en mi piel. Y es que, aunque tengamos siempre la mente en guardia para ver los errores y gazapos científicos, no quita que podamos disfrutar de la buena ciencia ficción como cualquier hijo de vecino, ¿verdad?

¡Humanos, admirad a Kal-El!
¡Feliz día de Superman! ¡Y a celebrarlo viendo el PEDAZO TRAILER de Man of Steel que nos llegó ayer mismo! Y para seguir frikeando supermaneramente, pásate por La Fortaleza de la Soledad.

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6 comentarios

  1. Lo siento, pero no. Que el origen sea el mismo en plan Panspermia no significa que vayan a tomar la misma dirección. La evolución NUNCA es direccional! Sería un caso DEMASIADO EXTREMO de convergencia.

    Pero vaya, si quieren usarla en los comics, la compro XDDD

  2. Tras la lectura de su interesante post me vienen a la mente varias preguntas ¿Como explicarías que Superman incluso deje preñadas a féminas terrícolas o a semidiosas buenorras? ¿En que orgánulo se acumula la energía amarilla del Sol? A corolario del post publicado por el Sr. Aparici acerca de las Mantis Marinas, ¿una mantis marina kriptoniana sería una SuperSuperMantisMarina o en su defecto Parallax? ¿Por qué estoy escribiendo estas chorradas en vez de estar trabajando?

  3. Tengo muchas ganas de ver esta nueva película ^^ más allá de héroes, villanos, kriptonita y calzoncillos por fuera… Superman es un icono, da igual que la gente desconozca la historia del superhéroe. Reconoce el significado de la «S», un icono de fuerza, invencibilidad y esperanza. Pasarán los siglos y nadie sabrá quien fue superman pero muchos conservarán el símbolo de la «S».

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