Un día, el paleontólogo Adán Pérez encontró algo realmente inquietante en el MNCN: la pieza llevaba una etiqueta de «Albarracín, Teruel» semejante a las de los demás fósiles de la colección de Vilanova, estaba datada como Jurásico, y lo más inquietante de todo… ¡tenía morfología de galleta!
Tras una ardua tarea de comparaciones,  como la que se ilustra en la figura de aquí arriba, Pérez y Gascó concluyeron que la «galleta» podría ser, en realidad, un fósil. Según parece, en realidad se trata de un elemento óseo de morfología discoidal, con sus superficies anterior y posterior prácticamente planas, identificándose como un disco intervertebral osificado de un reptil marino de gran tamaño. Y así fue presentado el hallazgo en la 48 Sesión Científica de la Sociedad Geológica de España, bajo el título “Preservación excepcional de un disco intervertebral atribuido a un reptil marino, descubierto en la Sierra de Albarracín (Cordillera Ibérica, España) en el siglo XIX”.
Para enterarte de más cosas serias acerca de «la Galleta», y ver una reconstrucción paleoambiental, visita a nuestro colega Godzillín.

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