Puede que muchos ya sepáis de qué va a ir este artículo. Otros os lo oléis. Pero para que todos cojamos el hilo, vamos a empezar por el principio…
Hace mucho, mucho tiempo, un monje escocés llamado San Columba se encontró con un caso inaudito. En las cercanías de un pueblecito picto, un hombre había muerto en las aguas del rio. Y no se había ahogado sin más: al parecer, había sido atacado por una bestia, que lo arrastró a las profundidades. Ni corto ni perezoso, a Columba se le ocurrió una idea digna de Vickie el vikingo. Uno de sus seguidores nadaría en el río, y así el monstruo aparecería. Y así fue que se marcharon al río, el pobre fiel se puso a nadar, y cuando la bestia apareció, el santo hizo la señal de la cruz y mandó al pobre ser que se retirara. Y se fue. Y los pictos alabaron al santo y a Dios. Puede que esto se quedase en una simple leyenda de las muchas que hay sobre la evangelización de los pueblos paganos… pero el río al que hace referencia la historia es el río Ness, con conexión directa con el famoso lago
LochNess.org
Como casi siempre ocurre en las leyendas que se empeñan en convertirse en «misterios actuales», el interés sobre la criatura volvió en el siglo XX. El 22 de julio de 1933 George Spicer y su mujer fueron los protagonistas del más curioso avistamiento de Nessie. Según contaron, vieron un animal cruzar la carretera por delante de su coche. Según lo describieron, tendría 8 metros de largo, y un metro de alto, con un cuello largo con una serie de ondulaciones. En agosto de ese mismo año, el motorista Arthur Grant declaró que casi chocó contra el animal, que asustado, salió del camino y volvió al lago. Los avistamientos puntuales continuaron hasta la actualidad.
 Fotografía de Wilson en 1934, comúnmente llamada «Surgeon’s photograph».
Desde entonces, han habido muchas grabaciones y fotografías de Nessie. Una de las más famosas fue tomada por el ginecólogo londinense Kenneth Wilson en 1934, aunque se demostró que fue un fraude en 1994. Otra imagen muy famosa data de 1972, y fue considerada una prueba «irrefutable» de la existencia de Nessie. En esta foto, tomada por Robert H. Rines, se observaban unas aletas romboidales semejantes a las de los plesiosaurios. Tal fue el impacto de las fotos que el naturalista británico Peter Scott usó esta «evidencia» para poner nombre científico al animal en 1975: Nessiteras rhombopteryx, «monstruo del Lago Ness con aletas romboidales». El propósito de Scott con esta descripción fue que Nessie fuera añadido al registro británico de fauna protegida…
Fotografía de Rines (1972)
¿Qué han resultado ser estas imágenes? ¿Desde cuando se habló de las afinidades plesiosaurias de Nessie? ¿Cual es la verdadera explicación para el ‘monstruo’? ¡Todo esto, y mucho más, en la próxima entrega!

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3 comentarios

  1. Neeeesssie es tu fiel amigo, Neeeessie te acompañaráaaa!! Es muy curioso que sólo sea leyenda desde 1933, porque como San Balumba, ay, perdón, Columba, lo había expulsado del lago, todo el mundo asumió que el Loch Ness había quedado libre de monstruos.

    Mi recomendación para todo aquel a quien le guste pensar que quizá si haya monstruo, aunque toda evidencia científica demuestre lo contrario, es que si alguna vez visitáis el Loch Ness, no vayáis al Visitor’s Centre. Yo lo hice y no me gustó. Aunque salí firmemente decidida a que algún día pondré un monstruo en ese lago, y le daré de comer gente mala. Por desgracia, no pasará hambre el bicho.

    Siempre me han gustado las leyendas, y leí en un libro que hay quien dice que los círculos de piedras erguidas que hay por Escocia, Irlanda e Inglaterra, señalan lugares donde, en determinados momentos del año, se abre una brecha temporal, y si te aventuras en su interior, puedes ser transportado a otras épocas. Especulaban con la existencia de uno de estos lugares en el fondo del lago. Es mi fantas-hipótesis preferida!! Ello explicaría por qué no siempre coinciden las descripciones, y por qué, aunque se haya barrido el lago con un sonar, nunca han encontrado nada. Y lo que más me emociona de todo es pensar en que quizá es la leyenda urbana en la que se han gastado más dinero en demostrar/desmentir, y que no han conseguido nada claro.

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