El estudio de las huellas (icnitas) de dinosaurio tiene mucho interés. No sólo nos permite «ver» el movimiento del animal en vida y observar detalles de su desplazamiento, sino que en ocasiones permite resolver problemas que te plantean los restos directos (huesos). Del mismo modo y en sentido contrario, problemas planteados desde el registro de huellas fósiles (registro icnológico) pueden solucionarse con los huesos. Por lo tanto, tanto los restos directos como los indirectos, si bien tienen su valor propio, se complementan a la hora de resolver problemas. Y en conjunto son un gran aliado.
Para el estudio de unas huellas nuevas tenemos que recurrir tanto a otras huellas como a los restos directos. Pongamos un ejemplo. Echemos un vistazo a estas huellas:
Figura 1. Huellas misteriosas.
Como vemos en la figura 1, tienen dos dedos bien marcados, con almohadillas incluídas. Y cada huella es mucho más larga que ancha. Si recordamos los tipos básicos de huellas (figura 2), veremos que de todos estos tipos, los únicos más parecidos son las «huellas terópodas». Sin embargo, estas y las ornitópodas son esencialmente tridáctilas (literalmente, con tres dedos) y aquí parece haber dos. Tan sólo una huella parece poseer tres dedos (figura 1), pero es un caso aislado, y está justo en lo que parece un cruce de dos rastros. Por lo tanto, es más probable que se trate de un «artefacto» formado por la superposición de dos huellas.
Figura 2. Esquema molón de tipos de huellas de dinosaurio.
Así pues lidiamos con huellas de dos dedos. Acudimos al registro icnológico en busca de huellas semejantes. ¿Hay casos similares? ¡En efecto! Si nos fijamos en la figura 3, vemos que los icnogéneros Dromaeosauripus y Dromaeopodus se parecen lo suficiente como para considerarlas. ¡Bien! Tenemos más huellas semejantes, así que podríamos llegar a identificarlas como uno de esos géneros, o si siguen teniendo particularidades, describir un icnogénero nuevo. Y si, al tratar con huellas, hablamos de «icnogéneros» para no confundirnos con los «géneros» de dinosaurios que pudieran dejar tales huellas.
Figura 3. Las huellas misteriosas comparadas con huellas conocidas semejantes.
Siguiente paso: ¿Qué clase de dinosaurio deja semejantes huellas tan raras? Bueno, todo parece indicar que se trata de un terópodo (dinosaurio carnívoro) y que sólo apoya dos dedos en el suelo al andar. Además, si comparamos la escala de las huellas, vemos que las nuestras son mucho más pequeñas. ¿Qué explicación tiene eso? Pues que las dejó un animal más pequeño. Por lo tanto, o bien las dejó una especie de menor tamaño, o crías de especies de tamaños mayores.
Si acudimos a los huesos, vemos que hay un par de grupos de dinosaurios terópodos con una particularidad: sus pies de cuatro dedos se distribuyen dejando el espolón o hallux reducido (como muchos otros dinosaurios) y el segundo dedo sostiene una enorme garra (figura 4). Esto hace que este segundo dedo quede levantado para que esa pedazo de garra no roce contra el suelo, y como consecuencia, ¡sólo apoyan dos dedos de los tres que deberían! Este grupo en conjunto se denomina Deinonychosauria, y a él pertenecen tanto los Troodóntidos como los Dromeosaurios. Y entre los Dromeosaurios están los famosos Velociraptor o Deinonychus. ¿Podrían ser nuestras huellas de un raptor pequeñín o una cría?
Figura 4. Comparación de huellas de dos dedos con pie de Velociraptor.
¡Destapemos el pastel! Las huellas que os he mostrado al principio no son icnitas, porque son huellas frescas, no fósiles. ¿De dónde han salido? Pues echadle un vistazo a la figura 5 (arriba). En efecto, las huellas que nos han traído de cabeza son las que se veían junto a las cáscaras de huevo en Jurassic Park. Es uno de los momentos clave del film, cuando Alan Grant descubre los huevos y se da cuenta de que los dinosaurios están procreando. Minutos más tarde el grupo compuesto por Grant, Sattler, Tim y Lex se enfrenta a los tres últimos raptores. Uno queda congelado en el frigorífico, y los otros dos se los carga el Tyrannosaurus rex en la brillante escena final del film que tantos pelos de punta ha puesto (figura 5, abajo).
Figura 5. Fotogramas de Jurassic Park. Arriba, las huellas junto a los huevos eclosionados. Abajo, el Tyrannosaurus acaba de darles «pal pelo» a los raptores.
Tras todo esto, alguien podría haberse planteado «Isla Nublar no es tan terrible, porque aunque quedase un Tyrannosaurus y una manada de Dilophosaurus, al menos no quedaron raptores». ¡ERROR! Rebobinad y volved a las huellas junto a los huevos. ¡Los raptores estaban procreando! ¡Y Grant, Lex y Tim fueron testigos de restos indirectos de crías de raptores! Y es que la vida de abre camino… hasta para dar por saco!
Figura 6. Chimpón!
Muy interesante y divulgativo, me ha gustado la entrada. Los dinosaurios molan!
Menos mal que estás siempre dispuesto a dinoculturizarnos, Pak!
Me encanta esta entrada!! Nunca he parado a fijarme en las mini huellas, siepre supuse que eran de Gallimimus porque aparecen en su territorio y en la misma escena de la estampida.
Así que ya tenemos raptores para JP4!!
y las huellas fosiles se pueden quedar marcadas en cualquier suelo rocoso