Confesadlo. Uno de los mayores entretenimientos en una excavación (al menos en las paleontológicas, en las arqueológicas no lo sé) es darle al cante (jondo, o no). El proceso es siempre el mismo: alguien tararea, canturrea entre dientes, hasta que alguien se le une. Poco a poco, el orfeón crece, y llega un momento en que raro es que no haya alguien canturreando.
Pero a veces se da un paso más. Independientemente de la calidad, capacidad del cantante, arritmia, y vociferaciones wookies, llega un momento en que alguien, poseído por los espíritus frikis de los huesos que intenta extraer, y con mucho Sol en la cabeza, y poco agua en sus células, da el cante (nunca mejor dicho) y se le ocurre cambiar la letra de alguna canción conocida, introduciendo alguna palabra mínimamente relacionada con el trabajo desempeñado. Y el yacimiento empieza a llenarse de música estridente del tipo «Hipparión, Hipparión, soldado Hipparión» o «la terópoda coqueta…«.
Ya no hay vuelta atrás. Acabáis de cruzar la línea. Para muestra, un vídeo, con karaoke incluido. Y si os animáis, comentad con creaciones propias. Quien canta, a su mal espanta. Y que se vea lo agusto que trabajamos!
JAJAJA, esto está de lo más friki que había escuchado!! Yo ni conocía la canción de lo Jonas Brothers y hasta terminé tarareandola un poco con el karaole.
La gran verdad es que ¿ Qué sería de nosotros en los yacimientos sin la música? cantar puede ser una alternativa, a pesar de nuestras voces de tarro, para cuando se acaben las baterías del mp3.
Otia Pako que mal estas pero cuanta razón tienes. Dile a Moreno que te cante la de Ai charnela.