He estado leyendo en Whirlpool of Life (el blog de Scott Sampson) unas reflexiones acerca del nuevo show infantil «Dinosaur Train» que se emite en EE.UU. La productora responsable es la de Jim Henson, quien nos regaló grandes clásicos como Cristal Oscuro, y personajes tan entrañables como Los Teleñecos (The Muppets) o Los Fraggle Rock. Con semejante carta de presentación, la cosa pinta bien. Si además, resulta que están asesorados por el propio Dr. Sampson, pues mejora más aún. Y si encima, echas un vistazo al argumento y cameos de fauna prehistórica, acaba por convencerte.
En esta serie, mayoritariamente realizada en CGI, un T.rex juvenil llamado Buddy es adoptado por una familia de Pteranodon. Juntos, recorren el Mesozoico en un tren que les permite viajar por toda Pangea y ¡en el tiempo! Probablemente sea un tren construído con tecnología de los antiguos, pero centrémonos en el tema. En estos viajes, Buddy aprende cosas sobre los dinosaurios de cada época, y se plantea sus propias hipótesis, que trata de contrastar. Si, lo habéis leído bien: una introducción al método científico. El propio Dr. Sampson aparece de vez en cuando al final de los episodios para explicar cómo sabemos ciertas cosas.
Os aconsejo leer el post original en WoL, porque no tiene desperdicio. Y así, véis qué clase de reacción positiva ha tenido la serie en los niños. En mi opinión (aunque totalmente previa al visionado de la serie) si se reunen tales cualidades en un programa infantil, y tiene éxito, es para aplaudirlo. Muchos shows televisivos han intentado tratar estos temas de cara al público infantil, pero pocos han despertado el interés que se pretendía, y en los casos positivos, se ha dejado un poco de lado el rigor. Como ejemplo, la horrorosa «Dino Sapien«, serie sobre la que volveremos en algún post, sobre todo por haber creado Paleontólogos de Ficción, algunos de los cuales preferiría olvidar. Pero hasta un intento como este es un oasis en el desierto televisivo.
Cómo reflexión final, me gustaría que nos parásemos a pensar en los crepusculines. Si, habéis leído bien. Creo que lo de «edad del pavo» está desfasado. Ahora le hace más justicia hablar de «crepusculines», creedme. Yo mismo tengo un sobrino de 12 años, así que sé de lo que hablo. El caso es que estas edades (pubertad-adolescencia) están abandonadas culturalmente. Nadie se preocupa por entretener a estos chavalines. Nadie se plantea cómo llegar a hacer que unos sacos de hormonas crepusculares se interesen por la ciencia o las humanidades. Y creo que es injusto. Porque a esa edad, precisamente, se empieza a ver el mundo de los adultos, sólo que a través de un vidrio en constante cambio. Y por otro lado, aun conservan un potencial espíritu aventurero y curioso de los más pequeños. ¿Queremos que la sociedad se concience? ¿Queremos despertar vocaciones científicas y humanistas? ¿Queremos que la Paleontología deje de verse como «una curiosidad para niños»? Ahí hay un frente abierto. Una trinchera abandonada. Yo tengo el casco preparado. ¿Quién viene conmigo?
En relación a los crepusculines, cuanta razón tienes Pak. Sin embargo también se une a la falta de iniciativas, una falta de motivación, aunque no se que fue primero… siempre nos quedará Grandes Sauri (es admirable con sólo 14 años).
Yo también comparto tu opinión respecto los crepusculines. Alguna propuesta para llenar ese vacío?
Sí, que el Sinornithosaurus venenoso sea en realidad un vampiro, con todo ese toque decadente y estereotipado…jeje ya me imagino un dinosaurio así. Después de todo ser un fósil sería similar a ser un no-muerto, Un gran saludo
Y esperaremos con ganas tu reseña de Dinosapiens,jeje
Nosotros hemos utilizado la serie como apoyo a algún taller con niños y están encantados, sobre todo los más pequeños con el dino-alfabeto, !es genial!. Clase de inglés y dinos a la vez.
Carmen. Fundación Dinosaurios