«¡A mi no me da miedo! ¡Se parece a un pavo de dos metros!»
¡Qué razón tenía aquel niño repelente! Esta frase de Jurassic Park (1993) se refiere a Velociraptor. Y tan memorable es esta frase como la respuesta que el Dr. Grant le da, asustando al niño ante la idea de acabar devorado por un grupo de raptores antes de darse cuenta. Y es que los raptores están considerados entre los dinosaurios más terroríficos.
Tradicionalmente se ha excusado el tamaño de los raptores de la saga de Jurassic Park diciendo que se decidió agrandarlos para que resultaran más terribles… ¡nada más lejos de la realidad! Si alguien echa un vistazo a los diseños del Conceptual Art para la primera entrega, se dará cuenta que bajo el dibujo del Velociraptor un cartel reza “Deinonychus”. Si, eran plenamente conscientes de la confusión… ¿Quieres seguir leyendo al respecto? Entra en este enlace.
Dibujo del arte conceptual de Jurassic park (1993). Si haces click verás que pone «Deinonychus«. UCS & Amblin. |
Así pues, Deinonychus era un dromeosaurio que se acercaba bastante a las dimensiones de los raptores cinematogràficos. Vivió hace unos 100 millones de años en Norteamérica y fue descrito por John Ostrom en 1969. Este dinosaurio es en parte culpable de la revolución de la «Dinosaur Renaissance«, que supuso el cambio de imagen definitivo para los dinosaurios: pasarton de torpes e inútiles reptiles a ser seres ágiles y activos más semejantes a las aves. ¡Y no es para menos! Deinonychus tiene una construcción ligera, tiene extremidades posteriores adaptadas a la carrera, una cola rígida que le servía de contrapeso, unas garras terribles en sus pies con las que agarrar a sus presas, unas vértebras con huecos como las aves… ¡Y de hecho, en los últimos años, se ha demostrado que todo el grupo de los dromeosaurios tenía plumas! Y no sólo plumillas que los cubrían, sino plumas totalmente desarrolladas, semejantes a las de las alas de las aves. Su semejanza con las aves está más que demostrada, de modo que, en cierto modo lo de parecer «un pavo de dos metros» no iba tan desencaminado.
¡Y los parecidos no dejan de sorprendernos! Recientemente se ha publicado un artículo en la revista PLoS One en la que se describen las variaciones de Deinonychus con la edad. ¿Como es eso posible? Bueno, en primer lugar porque se conocen huesos de varios individuos de diferente tamaño, y en segundo lugar, porque se puede determinar la edad de un dinosaurio mediante el estudio microscópico de secciones de sus huesos. Siguiendo el trabajo pionero del paleontólogo Armand de Ricqlès, se han ido acumulando trabajos sobre histología de huesos fósiles de dinosaurio en infinidad de revistas científicas. Por ejemplo, el propio Ricqlès puso de manifiesto que los dinosaurios se caracterizaban por la abundancia de un tipo de tejido óseo que llamamos “fibrolamelar”, que es raro en reptiles pero habitual en mamíferos y aves. ¿Qué significa esto? Pues que, al parecer, los dinosaurios tendrían un crecimiento rápido. Posteriores trabajos notaron la presencia de ciclos de crecimiento de hueso y lineas de crecimiento ralentizado o detenido (LAGs). Esas estructuras se forman en animales actuales como resultado de crecimiento cíclico y son una estructura enormemente útil, ya que estos momentos de bajo crecimiento tienen lugar una vez al año. ¿Y de qué nos sirve esto? Pues para, contando las LAGs, averiguar aproximadamente la edad del dinosaurio en el momento de morir. Es así como estos investigadores han logrado identificar y diferenciar Deinonychus crías, juveniles, subadultos y adultos. Y sabiendo a qué grupo de edad pertenecen, describir los rasgos anatómicos que los diferencian como características de cada estadio de crecimiento. ¡Es más, han logrado a hacer reconstrucciones anatómicas de juveniles y adultos, mostrando sus diferencias anatómicas y de dimensiones, cuantificándolas!
Quizás lo que más ha dado la vuelta al mundo de este artículo sea una característica anatómica de los juveniles y la inferencia de comportamiento que se ha hecho: según la morfología de sus ulnas, los individuos jóvenes de Deinonychus serían capaces de un movimiento semejante al aleteo de las aves. Sumando esta capacidad al pequeño tamaño y peso, así como a la descripción de habilidades de vuelo o planeo en otros miembros de la «familia» de los dromeosaurios como Microraptor, los autores han sugerido que las crías de Deinonychus podrían haber tenido capacidades arborícolas y de vuelo o planeo. ¿Es acaso algo descabellado? ¡En absoluto, puesto que el vuelo resringido a juveniles también se ha descrto en algunas aves actuales!
Referencia: William L. Parsons & Kristen M. Parsons (2015). Morphological Variations within the Ontogeny of Deinonychus antirrhopus (Theropoda, Dromaeosauridae). PLoS ONE 10(4): e0121476. doi:10.1371/journal.pone.0121476